viernes, 27 de noviembre de 2009

Más allá

Los seres humanos somos animales con pretensiones de trascendencia, pero como nos va demostrando el tiempo, nuestras vidas pasan, y después de tantos desvelos, nos damos cuenta que nuestro tiempo ha pasado y que lo mejor que podemos hacer es vivir con cierta armonía, querer a los nuestros, soportar lo más resignadamente las penurias de la vida, alegramos de cuando disfrutamos y tenemos algo que celebrar, procurar hacer las cosas lo mejor posible, en fin.

La vida pasa rápidamente, lo más bonito de la vida surge inesperadamente, pero como todo en la vida, conservar eso bonito cuesta mucho esfuerzo, muchos sinsabores, para lograr que todo fluya, pero hay veces que nos podemos equivocar, aunque si lo reconocemos todo o casi todo tiene solución, al menos eso creo.

El aspecto trascendente de la vida, para los creyentes está en un vida tras de la muerte, en los no creyentes en el legado que dejes en ésta, aunque para una persona religiosa ambas cosas son lo mismo, vivimos en un mundo contínuo donde importa todo lo que hagas para bien y para mal, el cristiano tiene una cierta creencia en la recompensa y el castigo, aunque en el caso católico depende de tí mismo, ya que el perdón es extensible al arrepentido, en otros casos, se depende de las obras y en otros casos la condena es eterna independientemente de ti mismo, los paganos, pensaban que el destino estaba regido por los dioses, unos dioses que como los humanos tienden a ser volubles en sus deseos y afectos, a veces vengativos, a veces traicioneros, a veces envidiosos, pero para algunos elegidos, la suerte está de su parte. ¡Ojalá que los dioses nos sean favorables!

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