lunes, 29 de junio de 2009

La guerra

El otro día estuve visitando a mi padre en un hospital, para mi sorpresa, uno de sus compañeros había estado en la Guerra Civil, aquel hombre, al que llaman en el hospital el general, solo fue soldado, pero tenía una pinta estupenda con 93 años, deportista, soldado y tras la guerra, funcionario del ministerio de Asuntos Exteriores, dos cosas, su bando fue el republicano, y que como casi todos con los que he hablado que estuvieron en la guerra, su historia comienza después de la misma.

En este caso, su historia empezaba en las Olimpiadas del 36, donde dice que conoció a Hitler, que cuando llegó a España se encontró en la guerra y que cuando terminó estuvo 3 meses en El Pardo, confinado.

Ni que decir tiene, como casi todos los que he conocido que lucharon en la guerra su simpatía es desbordante, por supuesto, y como es lógico, a mi me producía interés, pero ningún sentimiento negativo, ya que aunque yo pueda estar más cerca del otro bando en teoría, a estas alturas, me resulta una persona igualmente respetable, tanto más habiendo sido soldado, como creo que le debía resultar a cualquier español normal de este época.

Mi reflexión en este caso va sobre la creencia de que en España se superó la Guerra Civil hace muchos años, que aún más para los que estuvieron en ella y que la recuperación de viejos rencores se basa más en presupuestos políticos actuales, partiendo de la base de una deficiente formación escolar de los jóvenes, para después crearles un falso mito, que solo se podrá curar con estudios, aunque en algunos casos, ni con esas.

Así, la guerra era algo que todos olvidaron en sus detalles más turbios, donde se quedaban con flashes didácticos y donde se eliminaban en gran medida los hechos propios más truculentos, y mantenían lo más valioso, el valor, la camaradería, la capacidad de aguantar frío, hambre y demás, y como elemento más ejemplificante cómo después se fueron reconstruyendo lazos con los que habían sido enemigos, la gran mayoría de los españoles, solo unos pocos querían mantener los antagonismos, muchos de los que los provocaron y muchos de los que se beneficiaban de ellos.