viernes, 27 de noviembre de 2009

Más allá

Los seres humanos somos animales con pretensiones de trascendencia, pero como nos va demostrando el tiempo, nuestras vidas pasan, y después de tantos desvelos, nos damos cuenta que nuestro tiempo ha pasado y que lo mejor que podemos hacer es vivir con cierta armonía, querer a los nuestros, soportar lo más resignadamente las penurias de la vida, alegramos de cuando disfrutamos y tenemos algo que celebrar, procurar hacer las cosas lo mejor posible, en fin.

La vida pasa rápidamente, lo más bonito de la vida surge inesperadamente, pero como todo en la vida, conservar eso bonito cuesta mucho esfuerzo, muchos sinsabores, para lograr que todo fluya, pero hay veces que nos podemos equivocar, aunque si lo reconocemos todo o casi todo tiene solución, al menos eso creo.

El aspecto trascendente de la vida, para los creyentes está en un vida tras de la muerte, en los no creyentes en el legado que dejes en ésta, aunque para una persona religiosa ambas cosas son lo mismo, vivimos en un mundo contínuo donde importa todo lo que hagas para bien y para mal, el cristiano tiene una cierta creencia en la recompensa y el castigo, aunque en el caso católico depende de tí mismo, ya que el perdón es extensible al arrepentido, en otros casos, se depende de las obras y en otros casos la condena es eterna independientemente de ti mismo, los paganos, pensaban que el destino estaba regido por los dioses, unos dioses que como los humanos tienden a ser volubles en sus deseos y afectos, a veces vengativos, a veces traicioneros, a veces envidiosos, pero para algunos elegidos, la suerte está de su parte. ¡Ojalá que los dioses nos sean favorables!

domingo, 22 de noviembre de 2009

Te veo

Voy a los sitios de toda mi vida, donde espero encontrar a mi padre, sé que no va a estar, hace tiempo que no iba y ya nunca volverá. Miro por donde tantas veces miró, veo el paisaje con los ojos que él los miró, porque hace tiempo que veo lo que vió, buenos sitios, y miro a la puerta por si entrara, pero no entrará, y me lo imagino con los ojos mios de pequeño, cuando entraba, y le veo, le veo como yo, contento de la vida, con su expresión, cuando me veía, cuando me miraba, y ese es mi recuerdo.

Me emociono, no puedo ni hablar, aunque hablo, y callo, ya soy mayor, ya sé qué significan los silencios.

Y como con mi familia y veo a mi hija disfrutar, y soy feliz de ello, y me veo y le veo y sé que el tiempo pasa, el suyo, el mio y tiene que ser así, pero...

Decía que lo veo, y lo veo y al que veo es a mi padre inmortal, no al que fue, ni al que veía últimamente, ni a él joven, que no le conocí, si no a mi padre en la flor de su vida, con su voz, como yo, en la flor de mi vida, en la plenitud, cuando se tienen hijos pequeños y se trabaja mucho, cuando los amigos que quedan son los buenos, cuando la vida es plena, y tan débil, tan frágil, tan endeble, como es la vida, cuando va bien.....

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mi padre

El primer recuerdo que tengo es de alguien grande, muy grande, con barbas, sonriente, el último tumbado, y seguía y sigue siendo grande para mí.

Desde uno y otro recuerdo, han pasado treinta y tantos años, toda mi vida, la mitad de la suya, y desde entonces recuerdo muchísimos momentos, muchos consejos, que trataban de encauzarme, que aunque soy buen tipo, del todo no lo consiguió.

Aunque así y todo, le agradezco tantos y tantos momentos que me enseñaron a estar en el mundo, sin chulería, pero con aplomo, con peso específico que diría, manteniendo un criterio independiente, seguridad en mi mismo, y empatía con el mundo circundante, con respeto a todos, por insignificantes que parezcan.

También heredé de él, una gran afición por los bares, por la vida, a veces, un exceso de afición, pero bueno, nadie es perfecto, tampoco mi padre, mucho menos yo.

Sus últimos meses fueron duros, pero cuándo no es dura la vida, siempre trabajando para vivir, ayudando a muchos a vivir, a nacer, a varios miles, a ricos y pobres, por igual, aunque siempre le vi tratar mejor a los pobres que a los ricos, con comprensión y bondad hasta por el más descarriado, aunque trataba de ser duro, no podía, porque la humanidad era su principal virtud.

Hicimos muchas cosas juntos, yo siempre iba pegado a él, a los bares, al fútbol, a cazar, a comprar, de viaje, nunca se me pegó ni el gusto por el juego, ni por el fútbol, aunque pasé tardes y tardes viendo jugar a las cartas, al mus y al póker, muchas tardes de fútbol, del Real Madrid, de sus amores.

Tampoco cogí su capacidad de silencio, y soy un charlatán, qué se le va a hacer, aunque creo que el silencio te llega con la edad un poco, pero yo no creo que lo consiga.

En fin, tendría mucho que decir pero no voy a hacerlo, un beso.