jueves, 20 de agosto de 2009

Decrepitud

Sin dientes, sin poder moverme en la silla, sin hambre, sentándome mal lo que tomo, doliéndome hasta el último hueso del cuerpo, eso es lo que he conseguido cuidándome, porque tengo un corazón de hierro, aunque apenas puedo ver, y aún así, no quiero morir, quiero vivir, escuchando la radio, saludando a mis familiares que me hacen gracia, aunque yo no les reconozco, pero son buenos chicos, lo noto.

Me acuerdo de lo que he vivido, y ha sido bonito, de los que he conocido en mi vida casi todos han muerto, pero yo estoy aquí, a veces, hablo con ellos, me rio, me acuerdo de ellos, ¡pobres!.

Cuando era chico, la verdad es que no sabía interpretar las cosas que veía, ahora, de los que me cuentan no entiendo la mayoría de las palabras, que si ipod, que dvd, que si, no sé, pero tampoco me importa, hay tantas cosas que desconozco, que nunca he llegado a conocer, por ejemplo, qué es lo que veían en mi, si yo mismo no sabía qué decir, pensar o actuar, si, la verdad es que siempre fui un panoli.

A veces, no sé si estoy despierto, a veces no sé si estoy dormido, pero sigo vivo, porque sigo siendo yo, ya noto como vienen las brumas, estoy preparado, una luz al fondo, es como lo cuentan, qué paz, ¡hola! ¿me esperabáis?, si ya lo sabes, me alegro de veros, no me ha ido mal del todo, aunque he cometido errores...No te preocupes, aquí vas a estar bien. ¿habrá bares? Claro, esto es el paraíso. Me tranquilizas, pensaba que iba a ser un rollo en ese aspecto, como los últimos años, que no podía beber más que pures, creeís que me han acabado gustando, así que yo haciendo el canelo y aquí vosotros chachi, si lo sé, vengo antes. No se puede, a cada uno le toca cuando le toca, ya pero si te pegas un tiro, llegas antes. No, porque te esperas hasta que te toca, en la sala de espera, vaya, bueno, de todas formas, no ha sido así. No, anda pasa, ¡joderrrrr!